viernes, 20 de abril de 2007

Cho Seung-Hui



32 personas muertas reabren el debate de las armas de fuego en EEUU

El pasado 17 de abril, Cho Seung-Hui, un surcoreano de 23 años de edad, sembró el pánico en la Universidad Politécnica de Virginia al aparecer disparando dos armas de fuego contra todo el que se le pusiera por delante. El incidente se saldó con 32 muertos y sirvió para reabrir la polémica sobre la venta de armas en Estados Unidos.
Cho Seung-Hui no tenía antecedentes penales, pero había acosado a dos compañeras de estudios que finalmente decidieron en su momento no denunciarle. Además de esto, un Tribunal había declarado en 2005 a Cho como “enfermo mental”.


El caso de Cho ha reabierto una herida que EEUU no termina de cerrar. La facilidad con la que una persona puede adquirir armas de fuego en dicho país ha sido llevada a debate en innumerables ocasiones, siempre después de una matanza como la del pasado día 17. Cho fue declarado como “enfermo mental” por un Tribunal, y según algunas fuentes, incluso llegó a ser señalado como “peligro inminente” para la seguridad pública. A pesar de esto, este surcoreano de 23 años adquirió sin problemas un arma de fuego en una tienda de Virginia y otra en Internet.

En 2002, Michael Moore ganó un Oscar a la mejor película documental con “Bowling for Columbine”. Moore trata aquí el tema de la violencia y las armas de fuego en EEUU. La idea parte una vez más después de una masacre, la del instituto Columbine, en Colorado, en 1999. En aquella ocasión, fueron un joven de 18 años y otro de 17 quienes entraron en su propio instituto cargados con varias armas de fuego para acabar con la vida de 12 alumnos y un profesor.

Con el caso de Virginia, el debate se reabre una vez más. EEUU debería quizás preguntarse porqué en otros países como Francia, Alemania o su vecina Canadá, no hay índices tan elevados de violencia con armas de fuego.
La historia se está encargando de demostrar que cuantas menos armas de fuego haya, menos catástrofes como estas habrá. En mi humilde opinión, adquirir armas debería ser mucho más complicado. Una persona como Cho, con una sentencia que le declara “enfermo mental” no debería tener nunca acceso a un arma de fuego.